viernes, 7 de diciembre de 2018

LA PARRANDA DE SAN JUAN, ME ENTRA POR LA BARRIGA




Aura Mercedes Espanche

Santa Lucía 
 
Asistimos a la celebración en honor a San Juan, la cual, este año revistió una particularidad muy especial, por primera vez, fue celebrada fuera del templo parroquial, realizándose al aire libre en el patio del Centro para la Diversidad Cultural San Benito, el hermoso epicentro donde se desarrollan las actividades culturales en Santa Lucía, especialmente decorado para la ocasión: sillas adornadas con lazos rojos, bajo un grandísimo toldo de igual color, complementando con verdes palmas. El altar improvisado en la tarima del centro, donde los tambores, recostados del Podium, eran el punto focal de la decoración, parecían descansar o esperar pacientemente la hora de ser tocados, el momento en que serían golpeados hasta arrancar de ellos, el golpe del San Juan, ese sonido vibrante que entra por nuestros oídos y junto a nuestra sangre recorre nuestro cuerpo, invitándonos al baile.
 
Los alegres colores de la ropa de los parranderos, en los que se observa un especial cuidado con el vestuario a usar el día de su parranda y en los actos que conciernen a ella, se convierte en algo muy llamativo y vistoso. Los hombres y niños llevan, pantalón de kaki, camisas o franelas blancas, aunque predominan las franelas rojas o verdes, con pañoletas de igual colores, al cuello, o a la cintura, y adornando los sombreros de cogollo. Las mujeres y niñas con la típica falda floreada y blusa blanca de las llamadas llaneras, o vestidos estampados, con flores en el pelo o pañoletas, que al igual que los hombres, a veces, las llevan a la cintura. Esta fiesta es esperada con expectativa, asisten las parrandas de las diferentes comunidades, personas de todas las edades por eso, esta festividad es diferente a otras, el pueblo se engalana para su parranda y la mujer lucíteña, adorna el evento con su gracia y su donaire.
Hasta los niños más pequeños y recién nacidos, son vestidos de Sanjuaneros, siendo la nota tierna en el conjunto visual de este espectáculo donde predominan el color rojo y el verde, dándole a la parranda como un aire de navidad. Hasta en esto, hay similitud entre San Juan y Jesús. Al Maestro en diciembre, la celebración de su nacimiento envuelto en la fiesta de la Navidad. La fiesta de San Juan, por su hermoso colorido, es como una navidad en el mes de junio, la navidad de los negros. Y así como los colores de la navidad, tienen su significado, los colores usados en la parranda de San Juan, también
El rojo, la sangre de los esclavos injustamente derramada El verde, la fertilidad, la esperanza que la Tierra dé buenos frutos, la Naturaleza, el blanco, la pureza de aguas del bautismo1

Muchas personalidades asistentes, entre ellas, el señor Erik Lovera, alcalde del Municipio Paz Castillo y su esposa María Martínez de Lovera, el señor Víctor Julio Gonzáles, Diputado a la Asamblea Legislativa, el Prof. Juan Ramón Ávila, Cronista de Santa Lucía y su esposa, Luisa María Barios de Ávila, la directora de cultura, señorita Diana Míncel, autoridades policiales, gente ligada al quehacer cultural, representantes de los medios de comunicación, las parrandas venidas de todas las comunidades y un numeroso público que se mantuvo allí, una bajo la pertinaz lluvia, dando realce con su presencia a este evento.
La imagen de San Juan en un lugar especial, hermosamente adornada con flores naturales, donde predominaba el rojo, también parecía esperar los instantes de la gran celebración, pudimos observar que es diferente a otras imágenes de San Juan, representa a un adolescente, vestido con una piel de camello, en su mano izquierda lleva una oveja y en la derecha un bastón, mide aproximadamente 90 centímetros, a sus pies tiene un libro. Todos los años los cultores, le colocan una cinta roja y una verde. Esta imagen tiene 127 años y forma parte del patrimonio religioso de la parroquia.

Fue traída al templo en el año 1891, por el entonces Párroco de Santa Lucía, Pedro Brochard Leclair, quien la donó al templo para bien del pueblo devoto.2

El padre Carlos Gonzáles, cura párroco de Santa Lucía, en su prédica clara y concisa nos hizo saber lo relacionado al nacimiento de San Juan, todos los acontecimientos que rodearon la llegada al mundo de este santo varón de la iglesia católica, expresando que:

El padre de Juan, el sacerdote Zacarías había perdido la voz por dudar de que su mujer Isabel estuviera en cinta. Cuando el portavoz de la redención nació, Zacarías escribió en una tablilla: “Su nombre es Juan”, recuperó milagrosamente el habla, como se lo había predicho el Ángel Gabriel, rebosante de alegría dicen que encendió hogueras para anunciar a parientes y amigos la noticia.3

Aparte del acto de la misa, con toda la vistosidad que tuvo, se vivieron dos momentos muy bonitos en esta celebración: el primero de ellos, algo acostumbrado en las grandes celebraciones eucarísticas de Santa Lucía, como lo es la presentación de los recién nacidos, siendo esta vez, una hembra y un varón que fueron llevados en brazos de sus progenitores, para ser presentados a la iglesia y a la feligresía, el Párroco toma al niño o niña en sus manos, lo pasa por el altar, luego lo alza y lo presenta al público, que responde con un fuerte aplauso. El otro lo constituyó, la presentación de los llamados “Semilleros”, este es un grupo de niños y niñas que durante algún tiempo fueron preparados en el baile del San Juan, por los cultores y cultoras de esta tradición. Están llamados a ser la generación de relevo.
Terminada la misa, se realizó el reconocimiento de la señora Gladis Freites como Sanjuanera del año, haciéndole entrega de una estatuilla, esculpida en polímero que representa al San Juan parrandero, obra del artista lucíteño Melvin José Ibarra, esto fue un momento de gran alegría para todos los presentes, que aplaudieron fuertemente a “Mamá San Juan”, como cariñosamente es llamada esta cultora, quien visiblemente emocionada, pronunció unas palabras de agradecimiento y exhortó a los parranderos a continuar siendo fieles a su parranda y a San Juan, para que esta tradición perdure en el tiempo. Luego se procedió a la procesión, la cual, fue sacada del improvisado templo, como es costumbre en hombros de cultores y cultoras, precedida por el padre Carlos Gonzáles y sus ministros, haciendo su recorrido por la avenida Santa Lucía -Santa Teresa, pasando por el sector El Jabillo, cruzando hacia la calle Francisco Espejo y recorriendo ésta, hasta llegar a la iglesia.

Encuentro de los dos San Juanes


Este es el momento más esperado por los parranderos, recibe el nombre de “El careo”, es el encuentro de los dos San Juanes. Cuando el San Juan de la iglesia termina de hacer su recorrido y se dispone a entrar a la iglesia, en la puerta lo está esperando el otro San Juan, El parrandero, el cual, es acercado al Bautista, los cargadores le hacen un movimiento a la imagen, que ellos llaman la solicitud de permiso para irse a parrandear. Este ritual es muy emotivo y respetado, hace única, diferente la fiesta de San Juan en Santa Lucía. El Bautista entra a la iglesia y El parrandero comienza su parranda, en medio de cantos, bajo el incesante sonar de los tambores, la imagen es bañada en licor, una y otra vez. Se unen las parrandas de las comunidades asistentes, todas con su imagen del San Juancito, van en procesión alrededor de la plaza Bolívar hasta llegar al sitio frente a la alcaldía, allí comienza el baile, bailan a los recién nacidos y a niños más grandecitos, pidiéndole a San Juan que los guíe y los proteja.
El San Juan parrandero o San Juancito es una imagen un poco más pequeña que la de la iglesia, es moreno, tiene un sombrero de ala ancha, adornado con cintas rojas y verdes, tiene una bandera en su mano izquierda y lleva una capa de la misma combinación, va colocada en una mesita decorada con los mismos colores, con faralaos en sus bordes Los promeseros se colocan la mesita en la cabeza y así es cargada la imagen, a diferencia del San Juan de la iglesia, que es cargada en hombros. Este es el Parrandero principal, pero la mayoría de las comunidades, tienen su imagen, que sacan con su parranda expresa el cronista de Santa Lucía lo siguiente:

La imagen fue esculpida por el artista Luis Alberto Espinoza, y mandada a hacer por el señor José María Rodríguez, más o menos en 1924. Es para 1924 que, por primera vez se realizó la misa para los dos San Juanes, uniéndose las dos culturas, la española y la africana. El Párroco de la época, no permitió que la imagen de la iglesia fuera sacada en parranda. Es entonces, cuando el señor José María Rodríguez, mandó a esculpir, la imagen del San Juan Parrandero. (se cree que pudo haber sido en ese año), y de este acto es que surge la tradición de los Juanes: El San Juan de iglesia y El San Juan Parrandero. Cabe destacar que el señor José María Rodríguez y su esposa, Valentina de Rodríguez, fueron los padres del periodista lucíteño, Eduardo Rodríguez, que con el correr de los tiempos se convertiría en el primer Cronista del pueblo de Santa Lucía.4

Testimonios

Gladis Freites, (72 años), sector Pueblo Arriba: Soy Sanjuanera de toda la vida, cuando estaba chiquita, me escapaba de mi casa para irme a ver a mi San Juan, esto me ocasionó más de un regaño, pues en los tiempos de mi crianza, no era bien visto, que las muchachas de familia, participarán de la parranda, me regañaban, pero esto no me importaba, al siguiente año, volvía a hacer lo mismo, me iba para la parranda a cantar y bailar. Fue como una bonita rebeldía que siempre mantuve, pero era todo por ver la parranda de San Juan. Con el tiempo mi mamá entendió que yo amaba esto. Y aquí estoy, a mi edad, soy y siempre seré Sanjuanera, pues al San Juan lo llevó en la sangre, cuando oigo un tambor, se me eriza la piel, es como si los tambores me llamaran, es algo mágico, que no sabría explicarlo, el San Juan me entra por la barriga, recorre mi cuerpo, como la sangre por mis venas.
Lucindo Palma, (62 años), sector El Hormiguero: Soy sanjuanero desde siempre, de toda la vida, desde que estaba en el vientre de mi mamá, creo que desde allí empecé a bailar, amo esta parranda, aunque reconozco que en la parranda de antes había más respeto.
Ana Mercedes Sanabria, 73 años, sector Las Adjuntas: Soy bailadora y cantadora, mi madre Nicolasa Sanabria, me enseñó a cantar y a bailar, me puso a estudiar con el señor Hilde Durand (+), por eso, yo practico un baile a los tiempos de antes, es un poco más rezagado, no se extiende mucho las manos.
Paulo Mijares, 66 años, sector El Hormiguero: Bailador y cantador, mi madre Alejandrina Acosta también era bailadora y de ella aprendí a bailar, para mí, el San Juan es una hermosa tradición de familia, una devoción enmarcada en el respeto y el amor, que se debe transmitir a las nuevas generaciones.
María Durand, 51 años, sector Las Dos Vías: Antes, sacaban la parranda desde Las Adjuntas y venían a Santa Lucía sin imagen solo la parranda. Disfruto mucho la fiesta de San Juan, es tradición de toda mi vida, mi mamá, Natividad Durand, también era Sanjuanera.
Para inmenso regocijo de los Parranderos y Parranderas y alegría del pueblo en general, el 24 de junio de 2007, por decreto del entonces alcalde señor Víctor Julio Gonzáles, San Juan fue declarado Patrón Cultural de Santa Lucía.

1 Entrevista realizada por la autora a la cultora Gladis Freites, Santa Lucía, año 2018
2 Libro de Gobierno de la Parroquia Santa Lucía. Folios 12 y 13.
3 Evangelio según San Lucas, Cap.1, Versículo 20, 63 y 64.
4 Entrevista realizada por la autora al Prof. Juan Ramón Ávila, Cronista Oficial del Municipio Paz Castillo, Santa Lucía 2018.

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