Aura
Mercedes Espanche
Santa Lucía
Asistimos a la celebración en
honor a San Juan, la cual, este año revistió una particularidad muy
especial, por primera vez, fue celebrada fuera del templo parroquial,
realizándose al aire libre en el patio del Centro para la Diversidad
Cultural San Benito, el hermoso epicentro donde se desarrollan las
actividades culturales en Santa Lucía, especialmente decorado para
la ocasión: sillas adornadas con lazos rojos, bajo un grandísimo
toldo de igual color, complementando con verdes palmas. El altar
improvisado en la tarima del centro, donde los tambores, recostados
del Podium, eran el punto focal de la decoración, parecían
descansar o esperar pacientemente la hora de ser tocados, el momento
en que serían golpeados hasta arrancar de ellos, el golpe del San
Juan, ese sonido vibrante que entra por nuestros oídos y junto a
nuestra sangre recorre nuestro cuerpo, invitándonos al baile.
Los alegres colores
de la ropa de los parranderos, en los que se observa un especial
cuidado con el vestuario a usar el día de su parranda y en los actos
que conciernen a ella, se convierte en algo muy llamativo y vistoso.
Los hombres y niños llevan, pantalón de kaki, camisas o franelas
blancas, aunque predominan las franelas rojas o verdes, con pañoletas
de igual colores, al cuello, o a la cintura, y adornando los
sombreros de cogollo. Las mujeres y niñas con la típica falda
floreada y blusa blanca de las llamadas llaneras, o vestidos
estampados, con flores en el pelo o pañoletas, que al igual que los
hombres, a veces, las llevan a la cintura. Esta fiesta es esperada
con expectativa, asisten las parrandas de las diferentes comunidades,
personas de todas las edades por eso, esta festividad es diferente a
otras, el pueblo se engalana para su parranda y la mujer lucíteña,
adorna el evento con su gracia y su donaire.
Hasta los niños
más pequeños y recién nacidos, son vestidos de Sanjuaneros, siendo
la nota tierna en el conjunto visual de este espectáculo donde
predominan el color rojo y el verde, dándole a la parranda como un
aire de navidad. Hasta en esto, hay similitud entre San Juan y Jesús.
Al Maestro en diciembre, la celebración de su nacimiento envuelto en
la fiesta de la Navidad. La fiesta de San Juan, por su hermoso
colorido, es como una navidad en el mes de junio, la navidad de los
negros. Y así como los colores de la navidad, tienen su significado,
los colores usados en la parranda de San Juan, también
El
rojo, la sangre de los esclavos injustamente derramada El verde, la
fertilidad, la esperanza que la Tierra dé buenos frutos, la
Naturaleza, el blanco, la pureza de aguas del bautismo1
Muchas
personalidades asistentes, entre ellas, el señor Erik Lovera,
alcalde del Municipio Paz Castillo y su esposa María Martínez de
Lovera, el señor Víctor Julio Gonzáles, Diputado a la Asamblea
Legislativa, el Prof. Juan Ramón Ávila, Cronista de Santa Lucía y
su esposa, Luisa María Barios de Ávila, la directora de cultura,
señorita Diana Míncel, autoridades policiales, gente ligada al
quehacer cultural, representantes de los medios de comunicación, las
parrandas venidas de todas las comunidades y un numeroso público que
se mantuvo allí, una bajo la pertinaz lluvia, dando realce con su
presencia a este evento.
La
imagen de San Juan en un lugar especial, hermosamente adornada con
flores naturales, donde predominaba el rojo,
también parecía esperar los instantes de la gran celebración,
pudimos observar que es diferente a otras imágenes de San Juan,
representa a un adolescente, vestido con una piel de camello, en su
mano izquierda lleva una oveja y en la derecha un bastón, mide
aproximadamente 90 centímetros, a sus pies tiene un libro. Todos los
años los cultores, le colocan una cinta roja y una verde. Esta
imagen tiene 127 años y forma parte del patrimonio religioso de la
parroquia.
Fue
traída al templo en el año 1891, por el entonces Párroco de Santa
Lucía, Pedro Brochard Leclair, quien la donó al templo para bien
del pueblo devoto.2
El padre Carlos Gonzáles,
cura párroco de Santa Lucía, en su prédica clara y concisa nos
hizo saber lo relacionado al nacimiento de San Juan, todos los
acontecimientos que rodearon la llegada al mundo de este santo varón
de la iglesia católica, expresando que:
El
padre de Juan, el sacerdote Zacarías había perdido la voz por dudar
de que su mujer Isabel estuviera en cinta. Cuando el portavoz de la
redención nació, Zacarías escribió en una tablilla: “Su nombre
es Juan”, recuperó milagrosamente el habla, como se lo había
predicho el Ángel Gabriel, rebosante de alegría dicen que encendió
hogueras para anunciar a parientes y amigos la noticia.3
Aparte del acto de la misa, con
toda la vistosidad que tuvo, se vivieron dos momentos muy bonitos en
esta celebración: el primero de ellos, algo acostumbrado en las
grandes celebraciones eucarísticas de Santa Lucía, como lo es la
presentación de los recién nacidos, siendo esta vez, una hembra y
un varón que fueron llevados en brazos de sus progenitores, para ser
presentados a la iglesia y a la feligresía, el Párroco toma al niño
o niña en sus manos, lo pasa por el altar, luego lo alza y lo
presenta al público, que responde con un fuerte aplauso. El otro lo
constituyó, la presentación de los llamados “Semilleros”, este
es un grupo de niños y niñas que durante algún tiempo fueron
preparados en el baile del San Juan, por los cultores y cultoras de
esta tradición. Están llamados a ser la generación de relevo.
Terminada la misa, se realizó el
reconocimiento de la señora Gladis Freites como Sanjuanera del año,
haciéndole entrega de una estatuilla, esculpida en polímero que
representa al San Juan parrandero, obra del artista lucíteño Melvin
José Ibarra, esto fue un momento de gran alegría para todos los
presentes, que aplaudieron fuertemente a “Mamá San Juan”, como
cariñosamente es llamada esta cultora, quien visiblemente
emocionada, pronunció unas palabras de agradecimiento y exhortó a
los parranderos a continuar siendo fieles a su parranda y a San Juan,
para que esta tradición perdure en el tiempo. Luego se procedió a
la procesión, la cual, fue sacada del improvisado templo, como es
costumbre en hombros de cultores y cultoras, precedida por el padre
Carlos Gonzáles y sus ministros, haciendo su recorrido por la
avenida Santa Lucía -Santa Teresa, pasando por el sector El Jabillo,
cruzando hacia la calle Francisco Espejo y recorriendo ésta, hasta
llegar a la iglesia.
Encuentro de los dos San
Juanes
Este es el momento más esperado
por los parranderos, recibe el nombre de “El
careo”, es el
encuentro de los dos San Juanes. Cuando el San Juan de la iglesia
termina de hacer su recorrido y se dispone a entrar a la iglesia, en
la puerta lo está esperando el otro San Juan, El parrandero, el
cual, es acercado al Bautista, los cargadores le hacen un movimiento
a la imagen, que ellos llaman la solicitud de permiso para irse a
parrandear. Este ritual es muy emotivo y respetado, hace única,
diferente la fiesta de San Juan en Santa Lucía. El Bautista entra a
la iglesia y El parrandero comienza su parranda, en medio de cantos,
bajo el incesante sonar de los tambores, la imagen es bañada en
licor, una y otra vez. Se unen las parrandas de las comunidades
asistentes, todas con su imagen del San Juancito, van en procesión
alrededor de la plaza Bolívar hasta llegar al sitio frente a la
alcaldía, allí comienza el baile, bailan a los recién nacidos y a
niños más grandecitos, pidiéndole a San Juan que los guíe y los
proteja.
El San Juan parrandero o San
Juancito es una imagen un poco más pequeña que la de la iglesia, es
moreno, tiene un sombrero de ala ancha, adornado con cintas rojas y
verdes, tiene una bandera en su mano izquierda y lleva una capa de la
misma combinación, va colocada en una mesita decorada con los mismos
colores, con faralaos en sus bordes Los promeseros se colocan la
mesita en la cabeza y así es cargada la imagen, a diferencia del San
Juan de la iglesia, que es cargada en hombros. Este es el Parrandero
principal, pero la mayoría de las comunidades, tienen su imagen, que
sacan con su parranda expresa el cronista de Santa Lucía lo
siguiente:
La
imagen
fue esculpida por el artista Luis Alberto Espinoza, y mandada a hacer
por el señor José María Rodríguez, más o menos en 1924. Es para
1924 que, por primera vez se realizó la misa para los dos San
Juanes, uniéndose las dos culturas, la española y la africana. El
Párroco de la época, no permitió que la imagen de la iglesia fuera
sacada en parranda. Es entonces, cuando el señor José María
Rodríguez, mandó a esculpir, la imagen del San Juan Parrandero. (se
cree que pudo haber sido en ese año), y
de este acto es que surge la tradición de los Juanes: El San Juan de
iglesia y El San Juan Parrandero.
Cabe destacar que el señor José María Rodríguez y su esposa,
Valentina de Rodríguez, fueron los padres del periodista lucíteño,
Eduardo Rodríguez, que con el correr de los tiempos se convertiría
en el primer Cronista del pueblo de Santa Lucía.4
Testimonios
Gladis Freites, (72 años),
sector Pueblo Arriba: Soy
Sanjuanera de toda la vida, cuando estaba chiquita, me escapaba de mi
casa para irme a ver a mi San Juan, esto me ocasionó más de un
regaño, pues en los tiempos de mi crianza, no era bien visto, que
las muchachas de familia, participarán de la parranda, me regañaban,
pero esto no me importaba, al siguiente año, volvía a hacer lo
mismo, me iba para la parranda a cantar y bailar. Fue como una bonita
rebeldía que siempre mantuve, pero era todo por ver la parranda de
San Juan. Con el tiempo mi mamá entendió que yo amaba esto. Y aquí
estoy, a mi edad, soy y siempre seré Sanjuanera, pues al San Juan lo
llevó en la sangre, cuando oigo un tambor, se me eriza la piel, es
como si los tambores me llamaran, es algo mágico, que no sabría
explicarlo,
el
San Juan me entra por la barriga, recorre mi cuerpo, como la sangre
por mis venas.
Lucindo Palma, (62 años), sector
El Hormiguero: Soy
sanjuanero desde siempre, de toda la vida, desde que estaba en el
vientre de mi mamá, creo que desde allí empecé a bailar, amo esta
parranda, aunque reconozco que en la parranda de antes había más
respeto.
Ana Mercedes Sanabria, 73 años,
sector Las Adjuntas: Soy
bailadora y cantadora, mi madre Nicolasa Sanabria, me enseñó a
cantar y a bailar, me puso a estudiar con el señor Hilde Durand (+),
por eso, yo practico un baile a los tiempos de antes, es un poco más
rezagado, no se extiende mucho las manos.
Paulo Mijares, 66 años, sector
El Hormiguero: Bailador
y cantador, mi madre Alejandrina Acosta también era bailadora y de
ella aprendí a bailar, para mí, el San Juan es una hermosa
tradición de familia, una devoción enmarcada en el respeto y el
amor, que se debe transmitir a las nuevas generaciones.
María Durand, 51 años, sector
Las Dos Vías: Antes,
sacaban la parranda desde Las Adjuntas y venían a Santa Lucía sin
imagen solo la parranda. Disfruto mucho la fiesta de San Juan, es
tradición de toda mi vida, mi mamá, Natividad Durand, también era
Sanjuanera.
Para inmenso regocijo de los
Parranderos y Parranderas y alegría del pueblo en general, el 24 de
junio de 2007, por decreto del entonces alcalde señor Víctor Julio
Gonzáles, San Juan fue declarado Patrón Cultural de Santa Lucía.
1
Entrevista realizada por la autora a la cultora Gladis Freites,
Santa Lucía, año 2018
3
Evangelio según San Lucas, Cap.1, Versículo 20, 63 y 64.
4
Entrevista realizada por la autora al Prof. Juan Ramón Ávila,
Cronista Oficial del Municipio Paz Castillo, Santa Lucía 2018.
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