Los Hornos, Caracas
Desde
la parte más alta del centro de nuestra amada Caracas, hacia el
oeste, allí se encontraba el barrio Monte Piedad. Un equipo de
arquitectos bajo la guía de Carlos Raúl Villanueva, orientados en
las concepciones arquitectónicas sobre viviendas multifamiliares de
Le Corbusier (Unité
d'Habitation)
y agrupados en el taller de Arquitectura del Banco Obrero (TABO),
encararon la tarea de construir una nueva unidad residencial en los
antiguos barrios y sectores pertenecientes a las parroquias Sucre y
Catedral.
Así,
en el año 1955, los barrios Monte Piedad, Colombia y Las Canarias,
ubicados dentro de la parroquia Catedral, son demolidos para dar paso
a la construcción de la primera etapa de la Urbanización 2 de
Diciembre (Sector Este), construida entre los años 1955-1958, siendo
la obra de más trascendencia y mayor envergadura del período
1946-1958.
En
la parte baja de Monte Piedad, esporádicamente fueron apareciendo,
cual suave parpadear de los ojos, unas láminas de zinc, algunas
maderas enclavadas en el cerro, sostenidas con clavos al son de
impactos de un martillar nocturno, escondidos bajo la luz de la luna.
Al amanecer se visualizaban unos diminutos ranchitos de zinc que
encandilaban al asentar el sol inclemente a media mañana.
Luego
de la caída de la dictadura el 23 de Enero de 1958, la urbanización
tomó el nombre de esta fecha, urbanización 23 de Enero, pasando a
ser símbolo de la naciente democracia. Naciendo también, al unísono
el barrio Los Hornos, conformado por aguerridos hombres y mujeres que
construyeron sus parcelitas en el cerro que daba con el Ministerio de
la Defensa.
Tomaron
en forma unánime la decisión de llamarlo Los Hornos, por el
inclemente calor que los abrazaba en sus humildes viviendas al
acercarse justo el medio día. Calor que era aplacado por unos
instantes gracias a la vegetación reinante, que les servía de
pulmón vegetal y a una quebrada de agua que emanaba de las entrañas
de la montaña, dejándose apreciar en el callejón El Zamuro, donde
lograban surtirse del vital líquido para sus oficios en el hogar.
Los
habitantes llegaban a la quebrada con infinidad de envases para
transportar el agua. Esto les permitió a las familias ir
conociéndose, como el caso de los Pinto, Molina, Martínez, Gómez,
Machado, Figuera, Leblang, Bórquez, Zerpa, González, Ravelo, Brito
y los Zapata.
Así,
pasando necesidades, sin servicios básicos (como la falta de agua
potable, energía eléctrica, gas, teléfonos y calles adecuadas),
fueron luchando y exigiendo a las autoridades de turno para que los
tomaran en cuenta y fuesen satisfechas esas necesidades primordiales
para el ser humano. Demostrando así, con decisión, unión vecinal y
esperanza de un mejor vivir, que las luchas sociales, bien
encaminadas y con respeto, sí dan sus frutos a la larga. Hoy por
hoy, el reflejo vivo de aquellos fundadores aguerridos que forjaron
un nombre, aún se mantiene vivo y con dignidad, para seguir dando la
lucha por el barrio Los Hornos.
Brigna
Gregoria Rojas (+)
Testimonio
Yo,
tengo noventa y dos años, nací aquí en Caracas. Mi madre me criaba
y no recuerdo a que edad me enamoré. Después, a los años, mamá
muere... Presilla lo llamaban, él era del Estado Miranda, luego él
paró en alcohólico, no tuve hijos con él. Creo que fue en el
segundo mandato de Carlos Andrés Pérez que Presilla murió.
Continué viviendo aquí en la calle El Martirio, hasta el sol de
hoy, metida dentro de esta casita que dignamente me arregló este
gobierno. Me acompañan todos mis coroticos y la perrita esta
(Muñeca). Esto lo llaman aquí El Martirio, por allá El Calvario,
para mí esta comunidad siempre ha sido igual porque la pensión ni
siquiera me ha llegado a mí; pero, jamás.
Esto
era un caserío, aquí vivían varias personas luego de la dictadura
del General Marcos Pérez Jiménez; pero, la mayoría se han muerto.
Yo conozco a toda esta gente por aquí; pero, para reconocerlos tengo
que estar a casi un metro de distancia, saben que sufro de la vista;
ya, casi ni veo.
Yo
me paro al rato de acostarme y eso es trajinando aquí y trajinando
allá, pero eso sí, aquí en mi casa, porque esta pierna -miren como
la tengo- así tiene varios años. Yo fui al médico hace años y me
mandaron tratamiento. Yo despierto temprano en la madrugada, como a
las cinco, salgo al patiecito de la casa. Esto por aquí es candela.
En la bodega de “Fercho” los muchachos toman, pero no pelean ni
nada, se ponen a hablar tomando cerveza, Esta perrita (Muñeca) tiene
un año y ahora no más, es que eso está agarrando cuerpo. La abuela
de ella, esa la mató un sobrino mío, esa sí era un animalote. Me
acuesto a las ocho, eso sí, no duermo, así estoy tranquila en la
cama, hasta las diez que agarro sueño; pero a las cinco, ya estoy
despierta. Hace poquito que estuve como un mes en la cama. ¡Ay, no!
No quiero caer allí otra vez, porque no podía pararme, se me rompía
la piel... me dijeron que estaba muy anciana, entonces yo no podía
caminar. Mis sobrinos están todos aquí en Caracas, algunos que me
visitan y están pendiente, como Chipilín, los otros son unos
descarados: Juan Pepo y El Cheva, ahí suben y bajan malgastando su
vida con sus vicios. Nosotros aquí no tenemos problemas los unos con
los otros, digo, los vecinos pues. Más bien me cuidan y están
pendientes de mí, en verdad que se los agradezco a todos y a ti, que
haces un buen trabajo, tomándote la molestia de visitarme y hablar
conmigo. ¡Que Dios te bendiga!
Ramón
Figuera
Testimonio
Llegué
al barrio Los Hornos por allí por el año 1964 más o menos. En ese
entonces todas las escaleras estaban libres y espaciosas, era una
comunidad como un pulmón vegetal de los bloques y el Ministerio de
la Defensa, cuando la gente empezó a invadir estos terrenos. En ese
entonces carecía de muchísimos servicios básicos, no había
teléfonos, no había agua potable tampoco. Pero en ese entonces
Venezuela por condición natural había de todo, la naturaleza daba
mangos, daba de todo. Ya a los 18 años, sí empecé a ver las
muchachas y quería tener familia. En ese entonces, -el gran descuido
mío- dejé de estudiar, habían muchas fiestas y la gente era muy
alegre. Y así pasó mi juventud sin darme cuenta, hermano. A los 32
años de edad, fui presidente de la Junta de Vecinos, logrando
beneficios para la comunidad, como los teléfonos y tuberías de agua
potable. En esos tiempos fue que conocí a la Señora Zulay Zapata y
tuvimos a la niña Carolina Figuera, que creció en el barrio, a mi
hija la ayudé en sus estudios, sobre todo los universitarios.
Venezuela
ha dado un giro muy grande. Me he dedicado a estudiar Comunicación
Social en la Aldea Universitaria Armando Reverón (Misión Sucre),
aquí mismo en Caño Amarillo. Actualmente voy por el sexto semestre.
Los estudios me motivaron a aspirar la vocería de Comunicación en
el Consejo Comunal Los Hornos, la cual gané gracias a Dios,
afortunadamente junto a un colectivo de gente muy seria. En eso me
desempeño ahorita, tengo un proyecto de tránsito y vialidad que
tanta falta le hace a nuestro país. Yo digo que es necesario, que
con imperio o sin imperio, se hace necesario que se realice este
proyecto, porque ningún país va a avanzar si el Estado no tiene
control del peatón y conductor; así, evitaríamos la anarquía. A
esta edad de 70 años, si los venezolanos no entendemos o
comprendemos la situación del país, el futuro de Venezuela es
incierto, porque más allá de los partidos políticos, el venezolano
debe comprender que la patria nos guste o no nos guste ¡es de todos!
Y necesita de todos y cada uno de nosotros.
Me es tan grato recibir este tipo de notificaciones y más aún saberme orgullosamente Cronista Comunal luego de haber culminado el Diplomado, en el Municipio Revenga donde se encuentra ubicado el ya histórico pueblo de El Consejo, allí disfrute no solo de un maravilloso paseo por la historia gracias a mi querida e inolvidable Nelly Guilarte sino también de increíbles compañeros , lo cuál hizo de esta experiencia una de mis mejores travesías sin solo deseo éxito para todos, y claro a la espera de ver también mis crónicas aquí reflejadas...
ResponderBorrarProfesora Nelly Guilarte
ResponderBorrarSaludos El Diplomado de Cronistas Comunales en el pueblo El Consejo fue una experiencia extraordinaria abriendo nuevos derroteros en el camino de la historia en tiempos muy difíciles el año 2017 cuando la violencia de los guarimberos no pude con la voluntad inquebrantable de un pueblo bravío
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